nuestra misión:
Salmos 133:1
¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía!
El versículo en el que se centra este ministerio es el Salmo 133:1. Una verdad simple, pero con la que estamos llamados a asociarnos y vivir en acción. ¡Cuando el pueblo de Dios está unido, agrada el corazon del Padre! No centrados en nuestras diferencias o diferentes denominaciones, sino más bien centrados en el hecho de que todos estamos en el mismo equipo. ¡Juntos somos la Iglesia de Cristo! ¿Qué pasaría si no tenemos que esperar a llegar al Cielo para reunirnos y enaltecer el nombre de Jesús? ¡Eso puede empezar ahora!


Nuestra Visión para el Valle:
Nuestra visión es que todas las iglesias tengan un solo latido. Donde estemos tan en sintonía con el Espíritu Santo que, como resultado, impulsemos a otros a venir a Cristo, fortalezcamos a la Iglesia y avanzamos el Reino de Dios.
Jesús oró en el Jardin de Getsemaní por la unidad de su Iglesia. Que fuéramos uno como Jesús y el Padre eran uno (Juan 17). Sabía que habría ataques a la unidad, pero también sabía que hay poder cuando la Iglesia se une. Nuestro objetivo es tomar pasos hacia la unidad en nuestra vida diaria. Alineando nuestros corazones con el deseo de Dios para su Iglesia. Así, cuando nos reunimos, ¡cuánto más brillará nuestra luz para Cristo!









